Infraestructuras: vía a la competitividad Autor: Antonio Moreno Zorrilla, presidente de honor de la Asociación de Grandes Industrias del Campo de Gibraltar (AGI)

 en la sección Opinión

El presidente de honor de AGI

La industria es un motor consistente y estable de la economía de Andalucía tanto por su solidez como por su tamaño, pero sobre todo por su capacidad tractora de la economía.

Un hecho que ha quedado patente en los últimos años, demostrando su capacidad de adaptación, destacando su capacidad de respuesta a mercados cambiantes y a escenarios como una pandemia en la que se ha puesto de manifiesto la resiliencia de la industria para mantener la actividad en momentos tan complicados.

Las empresas que forman parte de la Asociación de Grandes Industrias del Campo de Gibraltar (AGI), que reúne a quince grandes instalaciones industriales y portuarias, siguen demostrando su capacidad de adaptación, habiendo impulsado y desarrollado proyectos de eficiencia para seguir siendo competitivos.

Desde la creación de la AGI en 1991 hemos trabajado en defender los intereses comunes de las empresas que la integran, contribuyendo activamente al desarrollo y mejora de nuestro entorno. El impacto que tienen nuestras asociadas en el entorno donde operan día a día es evidente y se extiende más allá de la generación de valor añadido y de empleo directo.

Las interrelaciones productivas con la economía de la zona crean unos efectos multiplicadores a través de las interrelaciones generadas por el gasto de las asociadas en adquisición de bienes y servicios que producen otras empresas y el gasto de los salarios generados por la industria. Un impacto que en 2020 se cuantificaba en términos de VAB por encima de los 2.282 millones de euros y de las 18.200 personas añadiendo los efectos directos, indirectos e inducidos.

Hay que recordar que ese ejercicio estuvo marcado por las crisis económica y sanitaria, lo que dejó una importante caída de la demanda y de los ingresos. Las primeras estimaciones de las cifras que manejamos de 2021, y cuya Memoria Anual presentaremos próximamente, son optimistas y las previsiones son el regreso a la senda de crecimiento de los últimos años, manteniéndonos y consolidándonos como uno de los núcleos industriales más dinámicos en generación de empleo y a nivel económico de nuestro país.

Y queremos seguir creciendo. Somos optimistas en el futuro. Existe una clara vocación de permanencia en las empresas que forman parte de la AGI, con un evidente compromiso por la Comarca del Campo de Gibraltar, como apuntan los más de 7.000 millones de euros de inversión de las dos últimas décadas. Y, además, contamos con los argumentos para hacerlo. Tenemos el puerto más importante del Mediterráneo en volumen de actividad; un tejido industrial potente sustentado por personal cualificado y de experiencia; una Formación Profesional integrada en el ámbito empresarial…

Los mimbres ya existen, pero llevamos tiempo reclamando infraestructuras de primer nivel para poder competir en igualdad de condiciones. En esa ecuación una conexión ferroviaria adecuada es vital. Un ferrocarril al que pedimos fiabilidad y competitividad. En la actualidad la infraestructura ferroviaria no está acorde con la necesidad de nuestra comarca y es clave para el desarrollo industrial y del puerto, al igual que para el conjunto de la sociedad de la Bahía de Algeciras y del resto de la región. Necesitamos este proyecto para una mejor integración y desarrollo social y económico. Se trata de una inversión que necesitan nuestras empresas y el resto de la sociedad y es claramente una infraestructura con una rentabilidad garantizada.

Los beneficios son evidentes, convirtiendo además al puerto de Algeciras, el primero de España de una manera muy destacada, en el centro logístico del sur de Europa, con lo que ello representa. Además, le ofrecería al resto de industrias de la Bahía una alternativa para sacar y poner sus productos en el mercado, lo que conlleva además una mejora ambiental en la zona. A nivel social, el impacto será obvio. Todo lo que va ligado a un crecimiento industrial lleva acompañado un crecimiento social.

Por ofrecer un dato, en 2017 un total de 681.751 camiones cargados de mercancías circularon por nuestra comarca ante la falta de opciones ferroviarias, y la cifra iba al alza. Eso supone el paso de un camión cada 46 segundos. Este dato deja claro que la puesta en marcha de los corredores permitirá la reducción del tráfico por carretera, con una disminución de factores como el ruido y los atascos y, por supuesto, conllevará una mejora ambiental.

Para poder mantener el desarrollo de nuestra industria es fundamental esa conexión ferroviaria, al igual que la carencia de otras infraestructuras nos ha conducido en los últimos tiempos a perder oportunidades. Por ello hay que dejar de mirar a otro lado y empezar a trabajar para poder contar con unas carreteras en buen estado que soporten la alta intensidad de tráfico pesado, con una energía suficiente y a precio competitivo y con un suministro de agua que no puede ser dependiente de la lluvia para la agricultura y la industria.

Hacen faltan inversiones y medidas eficaces también en estos ámbitos para poder ser competitivos frente a nuestros competidores, al igual que es preciso contar con suelo industrial a precio competitivo, agilidad administrativa y el ajuste de impuestos y tasas para poder ser atractivos frente a otros mercados.

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