Viajes de negocios … ¿estancias de lujo?
“Para conocerme hay que viajar conmigo”. Tal y como relataba, George Clooney, en la película Up in the Air, los viajes de negocio deben estar cuadriculadamente controlados para no dejarte la vida en ellos. Hay que llevar ropa ligera, una maleta con lo estrictamente necesario, la documentación revisada, la agenda organizada, y por supuesto el ordenador y el móvil a mano. Una vez en el aeropuerto, hay que superar con perspicacia las esperas, los vuelos retrasados y las numerosas colas de embarque. Ya en el avión se escucha: Por favor, abrochénse los cinturones. El avión va a despegar. Tras un suspiro de alivio, ¡estamos en las nubes!

“Agotadora, interminable y monótona”. Para muchos viajeros de negocios, estas tras palabras definen su jornada de viaje desde que cogen la maleta y marchan al aeropuerto hasta que llegan a su destino, donde cumplen escrupulosamente con su apretada agenda hasta realizar días después, el mismo procedimiento de vuelta.
Gabriel Martínez Martín, export manager de Grupo Yllera, que realiza unos 14 viajes al mes, asegura que siempre intenta viajar con “los menos bultos posibles, estar con tiempo suficiente en los aeropuertos y llevar un libro, música y películas para largos viajes”.
Por su parte, Antonio Alonso, CEO de la Escuela Europea de Negocios (EEN), que viaja frecuentemente a Latinoamérica, apunta que la comodidad de la ropa en el viaje y en el tránsito, es una de sus obsesiones, hasta el punto de llevar casi 20 años usando la misma chaqueta. “No encuentro una que la pueda sustituir”.
Ventajas al viajero frecuente
Es comprensible que la frecuencia en vuelos y hoteles cuente con ventajas respecto al viajero turístico puntual y esporádico. Las tarjetas de fidelización, la entrada en sala VIPS, la preferencia para facturar o la elección de asiento suelen ser las principales ventajas de este tipo de usuarios. Si bien, para algunos de ellos las diferenciaciones en precios, a veces, son escasas. “La verdad es que hay pocas ventajas en los vuelos y trenes, por no decir que sólo los puntos de viaje y las millas”, según indica Dámaso Arias, socio director de Planet Cluster, que pasa más de medio año de viaje, principalmente por Latinoamérica.
Respecto a los alojamientos hoteleros la cosa cambia, ya que en estos sí suele haber un trato preferencial al cliente usual. “En los hoteles sí, yo tengo incluso descuentos y upgrading por cliente frecuente con lo que muchas veces te dan ya directamente la misma suite allá donde vas frecuentemente”, añade Arias.
La crisis pide mejores precios de hotel
Tomando como ejemplo el Hotel Vincci Frontaura de Valladolid, que acogió en 2011 a un 40% de clientes de empresa, sus descuentos van más dirigidos a las empresas que generan esos clientes.
No obstante, y respecto a los precios de habitaciones, Ignacio González, hotel general manager de Vincci Frontaura, ha apuntado que la situación de crisis económica actual también ha afectado al sector empresarial, que con más frecuencia solicita habitaciones y servicios más asequibles. “Muchas empresas nos han solicitado ajustar las tarifas de alojamiento en el último año”, para que ésta sea acorde a lo que pueden permitirse, ha concluido Ignacio González.
En cuanto a la duración y necesidades de éstos, González indica que los precios, la calidad, la conexión a internet, la rapidez y la buena atención al cliente tanto al check-in como en el check-out son las principales peticiones de estos clientes, que suelen hospedarse entre una y dos noches en su hotel.
Los consejos de expertos en el ARTE de viajar
Para aquellos viajeros de negocios que se estén iniciando en viajes empresariales o que deseen hacerlos próximamente, deberán tener en cuenta algunas consideraciones para hacer más llevaderos sus viajes.
Gabriel Martínez recomienda no abusar del equipaje y poner en la maleta los datos personales y la dirección de destino, además de tener siempre confirmadas de antemano las reservas tanto de avión como de hotel, y llevar adaptadores para conectar portátiles y teléfonos a la corriente. “Además, en determinados países es recomendable, por seguridad, pedir al hotel que nos envíe un taxi al aeropuerto”.
Por su parte, Dámaso Arias, aconseja “hacer amigos durante los viajes e intentar mezclarse con la sociedad local, al llegar al lugar de destino, para evitar pasar por turista”.



