España y Portugal, en “una posición única” para contribuir a revitalizar la competitividad europea a través de la transición energética
  • En el marco de la Iniciativa Ibérica de Industria y Transición Energética en Davos

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Maarten Wetselaar, CEO de Moeve, en su intervención en Davos

En el contexto del Foro Económico Mundial (WEF) en Davos, la Iniciativa Ibérica de Industria y Transición Energética (IETI), un esfuerzo intersectorial liderado por McKinsey & Company y diversos líderes industriales, ha presentado su perspectiva sobre el camino de Europa hacia la reindustrialización y la competitividad a través de la transición energética.

Esta perspectiva subraya el papel destacado de España y Portugal en las estrategias europeas para lograr un futuro más sostenible, autónomo y competitivo.

La perspectiva de IETI y sus propuestas específicas han sido presentadas en una sesión de trabajo con Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea para una Transición Limpia, Justa y Competitiva, junto con los CEO y presidentes de diversas empresas miembros de IETI como BBVA, EDP, Iberdrola, Moeve, Naturgy, Repsol y Santander, además de socios senior de McKinsey & Company.

En la sesión se ha puesto de relieve “la posición única de España y Portugal” para contribuir a revitalizar la competitividad europea y fomentar la transición energética, haciendo un llamamiento para acelerar la inversión y la colaboración para alcanzar estos objetivos ambiciosos a través de cinco acciones clave.

Según el análisis de McKinsey & Company, en vista de la “ola de desindustrialización y pérdida de competitividad en Europa”, agravada entre otras razones por la falta de inversión en I+D y los elevados precios de la energía, la transición energética representa tanto un desafío como una oportunidad para que el continente cierre la brecha de productividad con las regiones líderes. El valor potencial en juego es considerable, con hasta un billón de euros en valor añadido para 2030, lo que equivale a entre tres y seis veces la inversión anual incremental necesaria para lograr el objetivo de emisiones netas cero.

Conseguir este valor requiere un entorno favorable que incluya inversiones sustanciales en infraestructura, innovación tecnológica y políticas climáticas competitivas y predecibles que apoyen todas las tecnologías alineadas con el camino hacia la descarbonización.

Dentro de la urgencia de actuar con inmediatez, el análisis de IETI señala que, gracias a sus recursos naturales, su reserva de talento y su infraestructura existente, España y Portugal están en “una posición privilegiada para acelerar la reindustrialización de Europa y convertirse en hubs estratégicos de industrias críticas”.

Estas condiciones podrían impactar en el PIB de la región hasta en un 15%, generar aproximadamente un millón de empleos (700.000 en España y 300.000 en Portugal), aumentar los ingresos estatales entre un 5% y un 10%, y las exportaciones nacionales hasta un 20%.

La oportunidad radica tanto en industrias ya existentes, mejorando su competitividad, como en nuevas industrias emergentes en las que la región tiene una ventaja competitiva.

Acciones para desbloquear el potencial de Iberia

IETI ha identificado cinco acciones clave para capitalizar estas oportunidades, mejorar la competitividad de España y Portugal y apoyar los objetivos europeos:

Desplegar esquemas de incentivos efectivos para cerrar la brecha de competitividad de costes entre las soluciones verdes y las alternativas basadas en combustibles fósiles, incentivando la descarbonización de los usos finales de energía mediante electrificación competitiva, explorando esquemas para fomentar la producción de biocombustibles e incrementando la disponibilidad de garantías y créditos con condiciones favorables para proyectos pioneros de hidrógeno

Proporcionar marcos regulatorios efectivos y estables para garantizar la previsibilidad y la solidez de los proyectos, incluyendo la implementación de mecanismos de remuneración por capacidad y la formalización de los procesos para las solicitudes de conexión a la red.

Reducir las cargas administrativas y acortar los procesos de permisos para minimizar los largos periodos de autorización, como la transposición rápida para permisos de energías renovables (RES), la creación de procesos centralizados para permisos de hidrógeno verde, la aceleración de los procesos de permisos para atraer capacidad de producción de baterías en línea con la Ley Europea sobre la industria de cero emisiones netas (NZIA por sus siglas en inglés) y la simplificación de los procesos de aprobación para conexiones a la red según la demanda.

Desarrollar proyectos sólidos para garantizar esquemas de financiación robustos y estables, incluyendo una mayor disponibilidad y adopción de contratos PPA, la formación de alianzas con capacidad de contribución de capital, la estimulación de financiación para soluciones de descarbonización industrial y la creación de entornos atractivos para atraer industrias con alto consumo energético.

Implementar un despliegue urgente y eficiente de las redes eléctricas, mejorando la planificación a largo plazo para garantizar una coordinación adecuada entre los proyectos y el aumento de la electrificación, aclarando el marco de remuneración de los operadores del sistema de transmisión (TSO) y distribución (DSO), incluyendo futuras inversiones, y optimizando el consumo energético en los nodos.

En Davos, IETI ha destacado la ventana de oportunidad única y la necesidad de ‘actuar ahora’ para maximizar el impacto del papel de Iberia en la revitalización de la competitividad europea.

A este respecto, Maarten Wetselaar, CEO de Moeve, ha expuesto que “como muestra el informe de IETI, la transición energética es un motor crucial para la reindustrialización de Europa. Las moléculas verdes son una parte esencial de la transición energética porque las industrias las necesitan, y España y Portugal tienen las condiciones para que su producción de moléculas verdes sea de las más competitivas del continente. Esta es una oportunidad única para impulsar el empleo y el PIB en Iberia mientras se revitaliza la industria europea, se mejora la seguridad energética de Europa y se alcanzan los objetivos climáticos urgentes. Es una oportunidad que ninguno de nosotros puede permitirse perder. Si lo hacemos bien, todos saldremos ganando”.

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