“Si somos capaces de maximizar todos los recursos y tecnologías renovables a nuestra disposición, avanzaremos en la autonomía de nuestra industria y en el desarrollo de Extremadura”

Vicente Sánchez, presidente del Clúster de la Energía de Extremadura

Hablamos con el presidente del Clúster de la Energía de Extremadura, Vicente Sánchez, sobre cuál está siendo la aportación del sector renovable al crecimiento económico y empresarial de la región. Y, en especial, cuáles son las perspectivas a corto y medio plazo. Asegura Sánchez que el energético va a ser un sector capital para el fortalecimiento de la industria extremeña.

Tras la aprobación del Decreto de impulso al autoconsumo, ¿qué valoración puede hacernos de su evolución?

Desde el Clúster llevamos más de una década hablando del autoconsumo y de los beneficios que supondría para la ciudadanía y la empresa. Y ahora se ha producido un impulso simplemente por la aprobación de una ley, porque la anterior iba justamente en sentido contrario. En cualquier caso, el desarrollo del autoconsumo no es una cuestión solo de número. No consiste en una carrera en el tiempo, sino de una evolución que se tiene que ir produciendo. Todo el sistema tiene que desarrollarse, tiene que madurar de manera ordenada y lógica. No se trata de todo o nada, sino de ir a buen ritmo, pudiendo absorber tanto los picos de actividad como gestionar las bajadas. La gráfica de actividad del autoconsumo no puede ser de subidas y bajadas continuas, de continuos picos de sierra. Lo más relevante en este sentido es que no se produzcan problemas de suministro. Extremadura ya dispone de 5.000 megavatios de energía solar fotovoltaica instalados.

¿Debe ser el sector residencial el gran motor o tractor de crecimiento del consumo energético renovable?

En nuestra asociación, como aglutinadora de las empresas energéticas de la región, teníamos cierta envidia cuando leíamos noticias del tipo de que Alemania o el Reino Unido tenían más de un millón de viviendas que ya estaban produciendo su propia electricidad. Cuando en España hasta hace nada apenas estábamos en seis o siete mil instalaciones. El segmento residencial es muy importante porque concentra pequeñas inversiones, pequeños ahorros, pero cuya suma aporta un gran valor. Ya que pone al ciudadano en el centro de la producción eléctrica. Lo que facilita la creación de un tejido empresarial cercano que los atiende.

Ahora que lo menciona, ¿está sabiendo aprovechar el tejido productivo extremeño las aportaciones de la energía limpia y verde para acelerar su desarrollo y crecimiento?

La alarma generada por el precio de la energía eléctrica en los dos últimos años ha provocado un boom de instalaciones en el sector empresarial. Y esto es positivo para la autonomía de la gestión energética de las empresas. Al igual que ocurre con cualquier otro suministro de materiales o materias primas que necesiten en su actividad o proceso productivo. El tejido empresarial extremeño ha comenzado a entender que, más allá incluso de las subidas del precio de la electricidad en momentos determinados, ya disponen, gracias al autoconsumo, de un porcentaje de su consumo eléctrico en su tejado de por vida. Y esto supone más ahorro y disponer de la energía con una cercanía absoluta, sin la dependencia total de terceros.

Extremadura está siendo uno de los principales actores del sector a escala nacional con la atracción de proyectos de envergadura. ¿Pero debemos apostar más por las empresas energéticas de la región, incluso por la producción de componentes para plantas y equipos desde aquí?

Esta ha sido siempre una de las propuestas y demandas que el Clúster ha puesto encima de la mesa, junto con muchos promotores. Una idea en la que hemos insistido de forma machacona en cuanto foro y mesa hemos participado, y que también hemos trasladado a las administraciones. No podemos dejar pasar el tren de las energías renovables, como ya hemos hecho otras veces. Debemos potenciar y aprovechar el Social Plan que llevan aparejados los grandes proyectos energéticos, y formar a los trabajadores en tareas de mantenimiento y reparación de instalaciones. Y, por supuesto, producir equipos y materiales, como ya están haciendo algunas firmas de la región. Algo que debe extenderse. El caso francés es paradigmático. Por ley, el 30% de los materiales y componentes de toda planta renovable debe estar certificado en Francia.

Recientemente se ha presentado en la Cámara de Comercio de Badajoz ‘Toda Badajoz’, como están haciendo otras cámaras del país. ¿Qué impulso puede conllevar las comunidades energéticas residenciales y las de base local?

El autoconsumo compartido y las comunidades energéticas son el futuro. Ya que supone una unión perfecta entre pequeños y medianos consumidores. Sin embargo, considero que el proyecto presentado por la Cámara de Comercio de Badajoz, y que es evidente que ya llevan a cabo otras cámaras en España, no va en la línea adecuada. Las comunidades energéticas deben servir para potenciar y proyectar a las empresas cercanas, locales, y no a grandes multinacionales para que se encarguen de su gestión. En Extremadura contamos con empresas de sobrada experiencia y solvencia para gestionar este tipo de proyectos. No creo que sea lo más acertado contar con corporaciones de fuera, cuando hay empresas de aquí que pueden hacerlo igualmente bien o incluso mejor, gracias a su conocimiento próximo y cercano.

Los proyectos renovables presentados para su aprobación a escala nacional ya están por encima de las previsiones más optimistas contempladas en el PNIEC. ¿Está la red eléctrica extremeña preparada para la evacuación de los proyectos futuros, teniendo en cuenta que los principales nodos de conexión están copados a nivel estatal?

A este respecto, lo que se está produciendo es una absoluta falta de transparencia y de organización por parte de la Administración Central. Para una buena planificación es necesario saber cuándo y dónde van a ir las subestaciones. Todo lo que no sea información precisa, es generar incertidumbre que es contraproducente para el buen desarrollo de las empresas del sector. Y, como consecuencia de ello, hay empresas y profesionales que se están metiendo en proyectos prácticamente a ciegas. La lentitud de los procesos de la administración lastra los propios proyectos, con retrasos de tres y cuatro años en la asignación de los puntos de evacuación.

¿Qué papel van a jugar para la comunidad autónoma los proyectos de hidrógeno verde y de gases renovables?

La fotovoltaica está jugando un papel de primera magnitud en el desarrollo renovable, pero no es la única fuente a la que debemos atender. En Extremadura tenemos un extraordinario potencial en biomasa, biometano e hidrógeno verde. Tenemos la oportunidad de producir de forma limpia no solo electricidad sino también calor. De introducir en la red de gas otros gases renovables. Utilizando todos los recursos con los que podremos contar, avanzaremos en economía circular, propiciando mayor autonomía al desarrollo extremeño, generando más inversiones e incrementando la mano de obra local. Así contribuiremos al fortalecimiento de la industria de Extremadura.

¿Cuáles son los objetivos del Clúster de la Energía a corto y medio plazo?

Tras unos años en los que el sector ha sufrido mucho, en los que hemos tenido muchas dificultades, al fin hemos entrado en una nueva fase en la que las energías limpias y verdes serán protagonistas de un nuevo desarrollo. El Clúster es la cara visible del segmento privado del sector, y mantenemos unas excelentes relaciones con las administraciones. Ahora lo que buscamos es seguir creciendo. Continuar apostando por las renovables, afianzando un sector por el que hemos luchado tanto tiempo, y que ha empezado a ocupar el lugar que le responde entre la sociedad y el estamento político. Los recursos de proximidad van a ser fuentes de producción de la energía local, ya sean el sol, el viento, la biomasa, biogás o hidrógeno verde. Todas estas fuentes serán de vital importancia para nuestra sociedad.