El Rey Felipe VI recibe el Premio Extraordinario Iberoamericano Torre del Oro
La Cámara de Comercio de Sevilla ha celebrado la sexta edición del Premio Iberoamericano Torre del Oro otorgando la distinción de honor del Premio Extraordinario Iberoamericano Torre del Oro al Rey Felipe VI.
Se trata de un reconocimiento de carácter anual, coorganizado por la Cámara de Comercio de Sevilla y la Fundación Cajasol, con el que se reconoce a una personalidad o entidad del máximo nivel cuya trayectoria está estrechamente relacionada con el fomento de las relaciones políticas, comerciales, económicas y culturales entre los países iberoamericanos.
En esta edición de 2024, el Comité de Honor ha decidido por unanimidad conceder la distinción de honor del Premio Extraordinario Iberoamericano Torre del Oro al Rey Felipe VI en reconocimiento “al esfuerzo, dedicación y potenciación de las relaciones políticas, comerciales, económicas y culturales entre los países iberoamericanos que viene desarrollando desde el inicio de su reinado”.
Y el comité continúa: “La Corona de España se ha caracterizado permanentemente por reforzar los lazos con los países de la Región y son innumerables los ejemplos que corroboran esta firme
vocación. Su decidido empeño en la creación de las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno o su inquebrantable apoyo para la celebración de la Exposición Universal en 1992 son solo una muestra de ello”.
Por estos motivos, y al cumplirse en 2024 el décimo aniversario del reinado de Felipe VI, los miembros que forman parte del Jurado del Premio Iberoamericano Torre del Oro, han hecho entrega del Premio Extraordinario Torre del Oro al Rey, en el Real Alcázar de Sevilla.
Por su parte, el Presidente de la Cámara de Comercio de Sevilla, Francisco Herrero, ha explicado que “con este Premio Iberoamericano Torre del Oro, en los últimos seis años, hemos venido reconociendo a personalidades que bien representan el significado de la Torre del Oro y los fundamentos que sustentan las relaciones políticas, sociales, económicas y comerciales de España y los pueblos iberoamericanos. La Corona de España, por su parte, guarda mucho de ese simbolismo; ha sido y es, sin duda, en su persona, la mejor ilustración de la labor de encuentro y del afán de concurrencia y cooperación social, económica y cultural de todos los pueblos de España y de Iberoamérica”.
El Rey en su intervención ha destacado que a lo largo de “este tiempo, más de un centenar de viajes oficiales a la región me han permitido conocer bastante los países hermanos de Iberoamérica, participar de los grandes momentos de su vida institucional y política, de sus encuentros multilaterales. Y quien dice viajes, reuniones y visitas, dice un abanico casi infinito de encuentros muy especiales con personas del mundo de la política, la economía, la cultura o el deporte”.
Y, además, ha añadido: “No me podría reconocer como soy ahora, sinceramente, sin ese poso iberoamericano, que no es solo un elemento determinante en mi manera de ver el mundo, y de entender nuestro lugar (de España) en él, sino también una vocación de poner en práctica nuestra hermandad, de comprender y asumir nuestra historia compartida, y de ganar así un futuro mejor para todos nuestros ciudadanos, logrando una mayor cooperación, sintonía e influencia en las grandes cuestiones globales”.