
La revolución silenciosa: la inteligencia artificial en la formación continua Autor: José Ignacio Ustaran, CEO Core Networks

El CEO de Core Networks aboga por la IA inclusiva regida por parámetros humanos
La inteligencia artificial (IA) está transformando de forma profunda pero discreta el ecosistema de la formación continua. Lo hace sin estridencias, pero con una eficacia que ya se deja sentir en el qué, el cómo y el cuándo aprendemos. En un mundo laboral en constante cambio, donde la actualización de competencias es vital, la IA ha irrumpido como una herramienta clave para personalizar la experiencia educativa y adaptarla a las necesidades reales de cada persona.
Plataformas adaptativas capaces de ajustar el ritmo, la dificultad y los contenidos al perfil del estudiante, asistentes virtuales que ofrecen tutorías 24/7, sistemas de recomendación de cursos basados en trayectorias laborales o habilidades previas… La IA convierte la formación continua en un itinerario flexible, personalizado y conectado con la realidad del mercado. Para muchas personas adultas, esto supone una oportunidad sin precedentes para seguir aprendiendo a lo largo de la vida, conciliando trabajo, vida personal y desarrollo profesional.
Sin embargo, esta revolución silenciosa también plantea interrogantes relevantes. Desde un punto de vista ético, preocupa la opacidad de los algoritmos, el uso de los datos personales o la posible reproducción de sesgos en los procesos de recomendación y evaluación. En el plano pedagógico, el riesgo es sustituir la dimensión humana del aprendizaje por automatismos que pueden empobrecer la experiencia educativa. Y a nivel social, existe la amenaza de una brecha digital que deje fuera a quienes no tienen acceso o competencias suficientes para aprovechar estas herramientas.
Por ello, es fundamental adoptar una mirada crítica y proactiva. La IA puede y debe ser un aliado para una educación más inclusiva, eficaz y centrada en las personas. Pero para ello, debemos diseñar políticas públicas, marcos normativos y estrategias pedagógicas que aseguren el control humano, la equidad y la calidad. Solo así esta revolución tecnológica será, también, una revolución educativa en el mejor sentido.