AOKlabs o cómo conquistar el mercado con alta cosmética africana- Una joven empresa que ha crecido de forma exponencial en tan solo año y medio con altas dosis de innovación
Hablar de AOKlabs África es hablar de su alma mater, su fundadora Katia Simone. Una mujer emprendedora cuyas acciones la definen por completo: muy inquieta, con gran intuición y olfato, que apenas se da tregua para mejorar y hacer crecer a los demás.
Lo que la ha convertido en una empresaria empeñada en conectar dos continentes (Europa y África) por medio de productos cosméticos y dermoestéticos artesanales, sostenibles y de alta calidad. Una conexión que aúna a la mujer, al continente africano y a un producto como el karité más puro, el verdadero oro del corazón de África.
La recepción al periodista y la fotógrafa por parte del equipo de AOKlabs África en su nueva sede del Polígono La Palmera, en la localidad sevillana de Dos Hermanas, muestra a las claras lo que es esta joven empresa: transparencia, innovación y un extraordinario dinamismo. La bienvenida por parte de Katia Simone, cubana de ascendencia bisauguineana por parte paterna, es la de la empatía hecha emprendimiento, la de la intuición hecha don comercial.
Tras salir de Cuba con 16 años y recalar por un tiempo en Portugal, se asienta definitivamente en España. Será la cotidianidad azarosa de la vida, la que la lleve a convertirse en una emprendedora con todos los visos de ser empresaria. Circunstancias vitales que para otros son momentos de la vida, y que para ella fueron estímulos de crecimiento, creatividad y de atisbar un nuevo futuro. Serán hecho concretos los que acaben creando AOKlabs.
La empresa prevé multiplicar por cuatro el número de empleados y de farmacias que dispensan sus productos a cierre de este año
Así que os contamos los principales hitos de su historia. En España, comienza a trabajar como dependienta en una zapatería de un centro comercial. Viaja en 2012 a Guinea Bissau, a conocer los orígenes familiares, y reconoce al instante “que se produce una conexión especial con África”, que allí se encuentran sus auténticas raíces. Gracias a este viaje descubre la producción artesanal, mimada, 100% natural, por métodos ancestrales del karité original. De “esa manteca que siempre se había utilizado en mi familia para cuidar la piel de rozaduras, enrojecimientos y otras afecciones. Algo que me devolvía a mi infancia”, reconoce Katia Simone.
Con el nacimiento de su hijo en 2016 se completa el puzle, y todos los eslabones de la cadena se van engarzando, uno tras otro. Al observar los resultados del karité puro en la piel de su bebé, se da cuenta de sus propiedades y beneficios. Aunque en España y, en general, en Europa se usa el karité refinado como base en productos, es un gran desconocido en su versión pura y original. Así que comenzó a compartir su experiencia con sus círculos más cercanos y de conocidos, con otras madres, de modo que poco a poco los encargos comenzaron a crecer.
Y será desde casa, prácticamente sin recursos, con el apoyo de su familia y enviando karité a los pedidos que les llegaban por mail y vía telefónica, como surge esta innovadora empresa en un segmento tan complejo y competitivo como la cosmética y dermoestética sanitaria.
Referente en alta cosmética africana
En apenas año y medio AOKlabs ha experimentado un crecimiento exponencial. Del boca a boca a internet, las redes sociales y el marketing digital. Trabajo, constancia y esfuerzo les ha permitido en este tiempo crear un equipo compuesto por 10 personas, colaborar con 450 farmacias en todo el territorio nacional y una facturación de más de un millón de euros en 2021.
La materia prima base, el karité puro, cuenta con una rigurosa trazabilidad y seguimiento que certifica su calidad, sostenibilidad y origen. Producido de forma totalmente natural y ecológica, procede de cooperativas africanas, recogido por mujeres. Un seguimiento que se hace tanto en África como en España, por lo que los productos de AOKlabs cuentan con doble certificación.
Como explica Katia Simone, la adquisición de la primera tonelada de karité en barco vía Valencia y Barcelona supuso todo un hito para la joven firma. En cajas de 25 kilos, pasa un depurado proceso que da lugar a presentaciones comerciales de alta calidad, testadas dermatológicamente por un laboratorio español, “garantizando en todo momento la seguridad del consumidor”.
Si de algo está orgullosa Simone es del compromiso, del sentido de pertenencia del equipo, de su modo de compartir la misión y la visión de la empresa. Porque el último y ambicioso objetivo de la firma es convertirse en el referente de la “alta cosmética africana, al igual que hay una alta cosmética francesa” por medio de productos y presentaciones que ayuden a “sanar y aliviar la piel de quienes lo necesitan”, mientras contribuye al progreso de sus “hermanas” en África.
Innovación, diversificación y crecimiento
A pesar de la incertidumbre internacional, de los efectos de la pandemia sanitaria y de la coyuntura económica, las previsiones de futuro de AOKlabs son positivas y de crecimiento.
Un incremento de la actividad sustentada en la innovación de los productos y servicios, en la ampliación de la red de farmacias colaboradoras, de la digitalización y el fortalecimiento y consolidación de la estructura operativa de la empresa.
Un crecimiento que ha ido en paralelo al de su producto estrella, el Oro Africano, a base de karité puro. Pero las propuesta y presentaciones no se han quedado ahí, sino que AOKlabs está realizando una firme apuesta por una diversificación cuidada y basada en la excelencia y en la investigación. De modo que la familia se ha ampliado incorporando las propiedades de la moringa y el baobab en nuevas líneas como Pure Life, Baobab Oil Serum, Moringa Oil Serum, Body Milk Reafirmante y sus más recientes ampollas Perfect Night, presentadas en Infarma, uno de los eventos de referencia en el sector.
La apuesta intensiva en innovación e investigación cristaliza en su nueva sede donde AOKlabs contará con su propio laboratorio, comenzará a producir directamente los productos y presentaciones y reforzará su estructura organizativa. Un nuevo potencial productivo que permitirá ampliar el radio de llegada a nuevas farmacias y a incrementar las ventas directas a clientes finales a través de sus propios canales. Un proceso de digitalización meticuloso y consciente que aglutina estrategias de marketing digital potentes y la incorporación de herramientas de automatización de la gestión empresarial.
La firma se ha marcado un plan estratégico ambicioso, sustentado en el trabajo diario y en el crecimiento natural del mercado. Simone subraya que la previsión de facturación para este año es de 7 millones de euros, multiplicar por cuatro la plantilla, hasta los 40 profesionales y dar un gran salto en el número de farmacias colaboradoras hasta las 2.500, tras granjearse la confianza de los farmacéuticos y clientes. Con una compra ya de 5.000 toneladas de manteca de karité y 2.000 de moringa y baobab para dar cobertura al incremento de la producción.
Un salto cuantitativo y cualitativo muy importante que Katia Simone resume como quien habla de un sueño cada vez más cercano: “Nos hemos propuesto revolucionar el mercado de la dermocosmética en Europa y nuestro objetivo es seguir creciendo en otras áreas a nivel internacional como, por ejemplo, América Latina”.
Compromiso con la mujer africana
Pero si por alguna seña de identidad destaca esta joven empresa es por su compromiso con la comunidad y el entorno, algo que lleva impreso en su ADN. Un compromiso con la mujer africana de las cooperativas que recogen el karité en sus lugares de origen, contribuyendo a su “empoderamiento” por medio de políticas basadas en el salario justo, la igualdad de oportunidades y al desarrollo de las zonas rurales donde se produce la materia prima.
Una responsabilidad social empresarial que también tiene su derivada en España, con el acuerdo firmado con AMAMA, la Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama de Sevilla, para llevar a cabo distintas actividades y líneas de colaboración.
Como habrán podido comprobar, una historia empresarial y de emprendimiento encaminada hacia el éxito, con altas dosis de “empoderamiento femenino” hecha desde un doble corazón: el de África y el de Andalucía.