“Para que una startup acabe siendo una empresa sólida, el emprendedor tiene que ejercer un liderazgo innovador que no solo mire hacia dentro, sino también hacia fuera”
  • Cerramos un jugoso ciclo de entrevistas con Ignacio Campoy, experto en gestión de equipos y liderazgo

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Mercados21 | “Para que una startup acabe siendo una empresa sólida, el emprendedor tiene que ejercer un liderazgo innovador que no solo mire hacia dentro, sino también hacia fuera”

Ponencia de Ignacio Campoy en el Congreso Internacional de Startups

Hemos hablado de innovación, de creatividad, de propósito, de liderazgo (de mucho liderazgo), en nuestro ciclo de entrevistas con Ignacio Campoy, experto en gestión de equipos y organizacional. Como broche final, conversamos con él sobre emprendimiento y consolidación empresarial, aprovechando la ponencia impartida por Campoy en el Congreso Internacional de Startups, celebrado en la capital andaluza.

¿Qué necesitan los emprendedores para sobresalir en el actual ecosistema de startups?

Todo emprendedor debe trabajar en su liderazgo y en el carácter innovador de su idea o proyecto, puesto que las startups se focalizan al inicio en el lanzamiento de su producto mínimo viable al mercado. Por lo tanto, están muy centradas en el producto. Y para que una startup (un proyecto embrionario de empresa) vaya más allá necesita de un liderazgo global que contemple todo su ecosistema: competidores, clientes, condiciones de mercado, evolución económica, vías de financiación, etc.. Así, pues, el emprendedor tiene que mirar no solo hacia dentro, no puede estar concentrado exclusivamente en su propuesta o producto, sino que también debe mirar hacia fuera.

¿La ausencia de un verdadero propósito empresarial más allá del dinero es una de las causas que más afectan a la mortalidad de las empresas jóvenes?

Como cualquier empresa, toda startup ha de tener claro cuál es su verdadero propósito. Si cuenta con potencial de mercado, si cubre la necesidad o necesidades de un determinado target, etc. La estructura de la empresa tiene que estar alineada con ese propósito y el equipo directivo tiene que definir cuál es su identidad, sus valores, creencias, comportamientos y hábitos. En este sentido, tiene que ser muy consecuente con el objetivo de captar al talento totalmente comprometido con el propósito para que el proyecto se asiente y evolucione. Hacia el exterior debe analizar a su competencia, al mercado. Y, sobre todo, es muy importante compartir y celebrar los hitos que se vayan consiguiendo, ya sean económicos, comerciales o financieros. Debe ver al cliente como un socio más del proyecto y no estar pensando solamente en su propio producto o servicio.

Ha participado en el Congreso Internacional de Startups, celebrado recientemente en Sevilla y que ha congregado a lo más granado de este segmento a nivel mundial. ¿Ha encontrado diferencias entre los emprendedores españoles y los de otras partes del mundo?

El mundo del emprendimiento atraviesa un momento excepcional. El nivel de este congreso ha sido formidable. Quizá la principal diferencia entre los emprendedores españoles y, por ejemplo, los latinoamericanos o estadounidenses es mental. Aquí tenemos asumida una visión muy antropológica de la competitividad, y nos cuesta más compartir, colaborar, hacer copartícipes a los demás. Algo a lo que están más predispuestos estadounidenses y latinoamericanos. Sea como sea, el congreso ha sido todo un éxito por el gran nivel de los participantes, de los inversores presentes y por el volumen de reuniones, encuentros y acuerdos alcanzados.

Ha hablado de la necesidad de crear estructura para que las startups pasen de ser pequeñas empresas a organizaciones mayores. Sin embargo, hay emprendedores que parecen preferir vivir en modo startup continuo.

Es cierto que puede haber un porcentaje de emprendedores que prefieran vivir de ese modo, pero también hay otras realidades. Aquellos que se preparan y trabajan para el éxito, siendo conscientes de que la escalera que lleva hasta ser una gran organización no es precisamente fácil. También debemos considerar que hay gente que es más creativa que gestora. Pero en la medida que se crece, cuando entran en juego los inversores profesionales, más allá de recursos propios o fórmulas crowdfounding, buscan seriedad, rigor, gestión, escalabilidad y resultados tangibles. El emprendedor que cree en su proyecto trabaja en esta dirección y no exclusivamente en hacerla crecer para después traspasarla o venderla.

Para que una startup crezca, el emprendedor ha de tener capacidad de resiliencia para enfrentar todas las vicisitudes que sobrevendrán

Es decir, no es tan fácil pasar de ser emprendedor a ser empresario.

Todo proyecto embrionario que quiera tener visos de futuro, de pervivencia debe llevar la etiqueta de empresa. Y para ello el emprendedor debe tener madera de empresario. Por definición toda startup supone riesgo y ventura, que es el origen real de toda empresa. Pero para hacerla crecer el emprendedor ha de tener capacidad de resiliencia para hacer frente a todas las vicisitudes a las que tendrá que enfrentarse. En esencia es un aventurero que se va forjando de fracaso en fracaso al menor coste posible.

Para construir empresa se necesita talento. ¿Cómo andamos a este respecto en Andalucía?

En relación con el talento no se puede generalizar. No es solo una cuestión cuantitativa, sino también cualitativa. Hay distintos talentos que afectan de manera transversal a la empresa, de modo que podemos verlo desde la perspectiva financiera, comercial, comunicativa… Si atendemos a los datos macroeconómicos, y dejamos a un lado tópicos y complejos, Andalucía está creciendo y se encuentra a la cabeza en creación de empresas y exportación. Son signos inequívocos de que poseemos talento del bueno. La clave se encuentra en el tamaño de las empresas, en su internacionalización, lo que sí representa un problema para el tejido industrial y de servicios actual.

¿Un escenario positivo que deberíamos explotar más y mejor a nivel español?

Si somos objetivos, España se está convirtiendo en un referente desde el punto de vista de atracción de proyectos emprendedores y de inversión. Nuestros lazos históricos con Latinoamérica y las buenas relaciones con Estados Unidos abren la puerta a nuevas oportunidades. Hay que tener en consideración que en EEUU viven 50 millones de hispanohablantes que, por renta per cápita agregada, supondrían el quinto país del mundo. El crecimiento económico de países como Colombia, Perú, Chile y México y la entrada de mano de obra en el mercado laboral español procedente de esos países ya está teniendo un impacto muy relevante y positivo en nuestro país. Algo que irá a más.

Sin embargo, y a pesar de los avances evidentes de los últimos años, la mayoría de los jóvenes españoles prefieren ser funcionarios antes que emprendedores. Así lo identifican los diferentes informes y encuestas sobre cultura empresarial.

Hemos asumido tópicos erróneos. Históricamente España ha sido un país emprendedor, el descubrimiento de América es buen ejemplo de ello. También es evidente que, como sociedad, tenemos un importante déficit en el sistema educativo en cuanto a pedagogía que favorezca las vocaciones empresariales y emprendedoras, y es necesario reconocer más la labor que llevan a cabo los empresarios en la generación de empleo y riqueza. Todo apoyo al empresariado es poco, ya que la economía de libre mercado ha demostrado su aportación al desarrollo y al progreso de las sociedades. Debe haber un apoyo total a la economía basada en la actividad de las empresas de carne y hueso, y no en las especulaciones financieras que caracterizan al actual neoliberalismo americano.

A su juicio, ¿cuáles son los sectores que van a tirar del carro?

El impacto de la tecnología en todos los sectores es más que evidente. Y ha quedado palpable en el Congreso Internacional de Startups. No hay ningún sector que ya pueda ser ajeno a la digitalización. La transformación digital está cambiando sectores clave como salud, educación, energía, finanzas, turismo, entre otros. Para Europa supone una oportunidad de nueva industrialización. Un momento apasionante, de cambios continuos, de irrupciones tecnológicas constantes que debemos saber aprovechar.

En este contexto, ¿qué Andalucía vislumbra a corto y medio plazo?

Vislumbro una Andalucía con un ecosistema empresarial y de startups muy importante, no en vano la comunidad supone alrededor del 25% de la población española. Ya se observa un impulso de grandes compañías en Andalucía Oriental, en gran medida, gracias al efecto tractor de Málaga. Los polos competitivos dentro de la comunidad están permitiendo un crecimiento relevante, tal como está ocurriendo en Andalucía Occidental, con impacto también en Extremadura, con Sevilla como eje.

Las comunicaciones tienen un efecto multiplicador, de ahí que sean tan importante las conexiones con Estados Unidos, sobre todo con Florida, por su peso en el mundo de las startups. Buena muestra de este potencial ha sido este Congreso Internacional, que ha sido todo un éxito, y que ya tiene abierta convocatoria para 2024. Si todos remamos en la misma dirección y nos lo creemos, las oportunidades son extraordinarias. Como diría Steve Jobs, el futuro es de los que tienen capacidad para inventarlo.

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